Las guerras son todas crueles, todas sangrientas, todas aborrecibles. Pero cuando a todo esto le añadimos una completa inutilidad, decenas de miles de muertos que no sirvieron absolutamente para nada, con una derrota sonrojante de la primera potencia del mundo frente a un país tercermundista, el desastre es inexplicable.
¿Cómo se llegó a eso? ¿Quién fue el culpable de la derrota? ¿Los políticos, los generales, la presión de los medios y de la calle, los soldados desmotivados y atrapados en la droga? Después de cincuenta años de aquel INFIERNO EN LA TIERRA, con 58000 muertos, 300000heridos y millones de dólares en el fango, todavía hoy no está claro el por qué de aquella absurda barbarie.
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